En este mundo, del cual todos somos habitantes y participantes, debemos ser conscientes de las innumerables manifestaciones de la maldad y el odio. Por todos lados veremos que la bondad es una acción que está entre los menos; mientras lo perverso y la animadversión es una constante manifestación que domina la habitabilidad y participación en este mundo.
En el caso de la muerte, natural o provocada, las
interpretaciones abundan y no es absurdo pensar en acciones a gran escala, ya que
en la individualidad vemos los constantes actos de unos contra otros, hasta que
alguien llega a morir.
En el caso de la insuficiencia respiratoria y sus
catastróficos efectos, tanto lo que se padece como lo que se sufre es una condición
de inmunidad. Los vulnerables están más afectos a fallecer y los liberados
pueden sortear una infección viral.
Al percibir como una sociedad que se desestabiliza y no
logra ser controlada, sometiéndola a una potencial extinción en masa, no controlada,
este mundo cuadra en aspectos poblacionales y de intervenciones.
Al ver a una sociedad sometida a grandes presiones, estallar
por acciones coordinadas y ser dirigida en contra de los administradores del
modelo administrativo gubernamental, se manifiesta la escala global que propicia la extinción por la vía de la
infección. Auspiciando solo la coordinación de la inoculación...
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